ESWIN QUIÑONEZ:
Es difícil buscar adjetivos para calificar esta tregedia. Sólo nos pone en evidencia sobre la situación de violencia que han desatado los carteles de la droga, y en donde cualquiera puede ser víctima: periodistas, políticos, empresarios y migrates. La masacre en Tamaulipas es un caso que desnuda aún más la realidad dilapidante de la que no estamos inmunes. Lo digo por las identidades de los indocumentos, víctimas de la masacre en Tamaulipas. Hasta el momento hay 14 hondureños, 12 salvadoreños, cuatro guatemaltecos y un brasileño. Y un inmigrante ecuatoriano sobrevivió y fue quien relató cómo se dio la masacre -por cierto, mea culpa de los medios por difundir su identidad cuando al principio él se negó a hacerlo-.
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